Todo comenzó cuando esta mujer conoce a un hombre aparentemente respetable que trabajaba en una institución bancaria. Su elegancia y amabilidad conquistaron la confianza de esta mujer, quien, tras una solicitud inesperada, accedió a prestarle $5,000.
Con el tiempo, el hombre le propuso una forma de pago: $250 mensuales hasta saldar la deuda. A pesar de su intuición, la mujer, que anteriormente había confiado en su palabra, accedió por la confianza que depositaba en las personas. Los primeros meses transcurrieron con pagos regulares, pero pronto la situación se complicaría.
El individuo reapareció solicitando un préstamo adicional de $15,000. Con la promesa de pagos mensuales de $1,000, la mujer, confiada por los pagos anteriores, accedió nuevamente. Sin embargo, esta vez, todo cambiaria para esta mujer.
El Contrato y los Cheques:
Antes de iniciar el segundo préstamo, ambos firmaron un documento notarizado, y se emitieron cheques como garantía. Pero cuando la mujer fue a retirar su dinero, se encontró con una sorpresa desagradable: el banco no tenía fondos.
La Batalla Legal:
Frustrada y desesperada por recuperar sus ahorros de vida, la mujer llevó el caso ante un juez. La orden de pago fue de aproximadamente $23,600, según relata la mujer. Sin embargo, transcurridos dos años, el individuo no ha cumplido con el pago.
Consejo Legal:
Consultamos con el abogado criminalista y experto legal Jose Rivas de Rivas Law Firm, quien destacó la importancia de revisar los contratos con un profesional legal. Los préstamos personales, señaló, son riesgosos y carecen de garantías. Recomendó precauciones como la obtención de colaterales, como un vehículo, o un bien activo, y la necesidad de salvaguardar sus intereses mediante contratos claros y verificados por abogados.
Esta historia sirve como recordatorio de la importancia de protegerse en las transacciones financieras. La confianza es valiosa, pero, como nos enseña esta experiencia, es fundamental respaldarla con precauciones legales. La mujer afectada, con fe en un desenlace justo, deja el caso en manos de la justicia.
