Hoy, un tribunal en el Condado Orange emitió la sentencia para Kimberly Guzman Lijeron, quien en octubre de 2020 provocó un accidente fatal, dándose a la fuga y dejando atrás a la joven motociclista, Stephanie Ortiz. La acusada inicialmente enfrentaba dos cargos graves: abandonar la escena de un accidente con víctima mortal y homicidio vehicular. Sin embargo, un acuerdo entre la fiscalía y la defensa ha dejado a los familiares de la víctima insatisfechos.
Los padres de Stephanie Ortiz, presentes en la corte, expresaron su dolor al ver por primera vez a la persona responsable de la pérdida de su hija. Stephanie, quien viajaba en su motocicleta, fue impactada por un accidente causado por el vehículo de Guzman Lijeron, que, según las autoridades, circulaba a una velocidad peligrosa e invadió el carril contrario.
Guzman Lijeron, ahora con 25 años, se declaró culpable de homicidio vehicular, evitando así el cargo por abandonar la escena. Durante la audiencia, los familiares de Stephanie pidieron la pena máxima, buscando justicia para su hija. El juez explicó que la negociación entre la fiscalía y la defensa se centró en priorizar el cargo de homicidio vehicular, que conlleva una condena más severa.
José Rivas, abogado criminalista y experto legal ajeno al caso, señaló que este tipo de acuerdos buscan evitar que las familias pasen por el trauma de un juicio. La condena por abandonar la escena podría haber resultado en menos años de prisión que el homicidio vehicular, que tiene un mínimo de 9 años.
La sentencia de 9 años en prisión más 3 años de probatoria ha generado descontento entre los familiares de Stephanie. Esperaban una decisión más rigurosa por parte del juez, quien omitió detalles del accidente en su determinación. La acusada, no ciudadana de los Estados Unidos, podría enfrentar además un proceso de deportación al cumplir su condena.
En resumen, la sentencia ha dejado a la comunidad con sentimientos encontrados, planteando preguntas sobre la equidad y justicia en el sistema legal. Este caso sirve como un recordatorio impactante de las consecuencias devastadoras de las decisiones impulsivas en las carreteras.
